martes, 19 de noviembre de 2013

Y encontramos el Monte Perdido


Puente de Noviembre de 2013. Pleno otoño.

Hemos elegido el momento perfecto para ir a un Parque Natural. El de Ordesa y Monte Perdido

Alquilamos una habitación para cuatro, que era más un apartamento, en una casa rural en Sarvise (que es un pequeño pueblo montañes, en la provincia de Huesca). Dos habitaciones, y preciosas vistas a la montaña a un precio muy aceptable.

La idea era hacer una excursión a la famosa Cascada de la Cola de Caballo, que son nada menos que tres horas y media subiendo la montaña… y vuelta! Claro que, haciéndolo con niños, no teníamos grandes expectativas de llegar, más bien, el plan era dar la vuelta en cuanto viéramos los primeros síntomas de crisis

Así que, pusimos el despertador a las siete de la mañana (¿por qué será que estando de vacaciones madrugo casi tanto como cuando trabajo? ), y nos vestimos para la ocasión., por supuesto zapato adecuado, con calcetines gordos y, …esto no es un consejo…, bueno, cuando hacemos este tipo de excursiones a mí me gusta usar el modelo de la cebolla, es decir, camiseta de manga corta (por si luego hace calor), camiseta de manga larga (por si sigue haciendo frío), jersey (por si hace mucho frío), y abrigo ligero. Este modelo me permite hacer combinaciones en función del tiempo, que en la montaña es de lo más cambiante

Nunca he entendido por qué están tan incómodos con abrigo, al menos mis pequeños, pero es un hecho y hay que tener en cuenta que se van a estar moviendo;  así que ya he aprendido a llevar un abrigo que se puedan quitar y guardarlo en la mochila

A las ocho estábamos en el súper del pueblo, comprando pan recién hecho, relleno para la comida, mucha agua (que luego nunca se sabe), y algo de azúcar… importante. En mi caso, una tableta de las gordas de chocolate Valor con almendras, que solo me lo permito en estas ocasiones!

En el camino al parking de la ruta, nos proponemos un reto. Tampoco esto es un consejo, pero a nosotros nos gusta ponernos retos, sobre todo en rutas largas, para no empezar demasiado rápido con el: “¿falta mucho?, ¿Cuándo llegamos?” En este caso, la misión es encontrar el  Monte Perdido. No sabemos por qué se perdió, pero el caso es que en el parque de Ordesa y Monte Perdido, hay un Monte que no encuentran, ¿no?

La ruta es espectacular;  colores amarillos, ocres y rojos salpicados por cascadas aquí y allá. Impresionante el bosque de hayedos con su alfombra de hojas secas, que con un poco de neblina mañanera, le daba un aspecto de escenario  de película. Los pequeños estaban encantados. Creo que en algún momento hasta esperaban ver a Harry Potter salir de detrás de algún árbol



Seguíamos andando y los pequeños no daban ninguna muestra de cansancio, más bien al contrario, saltaban, corrían y buscaban diferentes paisajes. Aunque ya hemos hecho varias excursiones de estas y conocemos bien la resistencia de nuestros pequeños, al cabo de dos horas, empezábamos a preguntarnos ¿deberíamos volver ya? , pero ellos parecían estar muy a gusto, y nosotros también, así que seguíamos un poquito más, y otro poquito más, y así hasta completar el camino entero ((nada menos que 9 kilómetros)

 

Conseguimos llegar a la cascada,  aunque he de reconocer que no fue lo mejor de la excursión. Este año no ha sido de heladas ni de lluvias, así que el caudal era más bien pequeño. Caía un chorrito de agua por una cuenca que podía ser tres veces su tamaño, pero eso no era lo que importaba a los niños, al fin y al cabo, es una cascada más, grande… eso sí, pero una cascada mas.

Ellos tenían otra misión, buscaban el Monte Perdido. Allí esta!- dijo la Pequeña Princesita.

Alguien, (posiblemente yo), le había dicho que el Monte ese se veía desde la cascada, así que colocada en un lugar estratégico al lado de la cascada, apuntó  al primero que divisó un poco escondido.

 (NOTA MENTAL: en cuanto llegue a casa les voy a fabricar unas medallas por campeones!)

El tiempo acompañaba así que, cuando nos sentamos (en el suelo) a comer, pues…. nos quitamos los zapatos y plantamos los pies en la hierba. Eso sí que es descanso! Lo siento, pero después de una caminata de tres horas y media, y con otro tanto de vuelta, no estoy para muchas educaciones en “la mesa”

La bajada ya fue un poquito más rápida. Claro, como ya han visto el paisaje, y además es cuesta abajo….Solo deciros que cuando llegamos al coche yo estaba agotada y tenía una ampolla en mitad del dedo gordo del pie, pero a ellos todavía les sobraba energía para jugar al escondite

(NOTA MENTAL 2: Tengo que revisar lo que les doy de desayunar)

Esta noche nos acostamos pronto, así que... casa, ducha y cena, y hoy pizza, que se lo han ganado!!!
 
 
En resumen, aquí os dejo unos datos útiles:
Altitud: 1800m
Distancia total hasta cola de caballo: 9 km
Mejor estación para visitarlo: Primavera/ Otoño
Apto para ir con sillitas y carritos: No
 
 
 
 

lunes, 11 de noviembre de 2013

Dichosa mariposa


Hoy, volviendo del cole, la pequeña Princesa está bastante pensativa. Da pequeños mordiscos a su bocadillo mientras mira al cielo en actitud distraída. Después de un rato de caminar en silencio no he podido evitar mirar yo también a ver qué era lo que la tenía tan absorta y chica, nada, allí no había nada. Así que le he pregunta:
Cariño, ¿qué miras?
Estoy buscando la mariposa, pero no la encuentro- me contesta ella sin dejar de mirar al cielo
¿Qué mariposa? Es otoño, y en esta estación no hay mariposas – contesto con mucha calma
Pero ésta si- me contesta ella sin bajar la mirada
Su hermano, que camina a nuestro lado, también ha tenido que mirar al cielo. Después de un momento me ha mirado a mí, y por último a su hermana. Como él tampoco ve  “la mariposa” comenta dándole una “patadita” al balón:
Tú flipas, aquí no hay ninguna mariposa- y se va corriendo con sus amigos
Mi experiencia en estas lides me dice que ante un comentario así, debo prepararme para una explosión de ira en un cuerpecito de siete años
            Mammaaaaaaaaa!!!!! Me ha dicho que yo flipoooooooo!!!!,- con un estridente grito condimentado de paso con unas lagrimitas para ponerle sentimiento a la cosa
            Pero no,  esta vez no. Ella sigue mirando hacia arriba buscando la dichosa mariposa
No hay reacción, esto parece  grave- pienso mientras empiezo a prepararme para una conversación profunda con mi pequeña Princesa
Cariño- pregunto con la voz más dulce que puedo- ¿de qué mariposa hablas?
Bien. Hay reacción. Ella baja la mirada hasta la mía y sin un solo pestañeo me suelta:
Hoy nos ha dicho Juanito, que cuando una mariposa bate sus alas en América, aquí hay una tormenta, y yo quiero ver la mariposa para saber si tengo que coger el paraguas. Se llama teoría del “caso”  
Ole. ¿Y ahora qué?
Ella me mira con ojos inquisidores esperando una respuesta. Yo, tengo un ataque de risa interior (que he aprendido a controlar) y trato de recomponerme antes de que se dé cuenta
¿Cómo le explico yo a un personaje de siete años, lo que es la teoría del caos? Desde luego madres, tenemos que buscar la forma de  controlar las conversaciones que tienen nuestros pequeños en el patio…
Ella sigue esperando, y se impacienta. Me mira y mira al cielo desconfiada sin dejar de esperar su respuesta.  No va a ser nada fácil explicarle que no va a ver la mariposa….  
Princesita- le digo-  hay cosas que ocurren porque han pasado otras antes, es como a ver……
mira el bocadillo que tienes en la mano                                                                (  ella lo mira )
Si no lo comes rápido, se te va a caer la nocilla                                              ( lo mira por debajo)
Si se te cae la nocilla, te vas a manchar,                                                                 (se mira el baby)
Si te manchas, mama no se va a poner contenta                                                   (me mira a mi)
Si mama no está contenta, no te compra pokemon                                     (abre mucho los ojos)
Si no te compra pokemon, no vas a poder jugar con tu hermano                          (los abre mas)
Si no puedes jugar, te va a aburrir                                                             (se le humedecen los ojos)
Y si te aburres, no vas a estar naaaada contenta…. Y mama no quiere eso  ¿verdad?
En ese momento pestañea, me alarga su mochila y me dice – Sujeta- mientras va corriendo  a la papelera más cercana
Tira el bocadillo, se da la vuelta y me suelta: Asunto resuelto mamá! Ya podéis estar tranquilas tú y la mariposa - ¿Nos vamos ya a comprar los pokemon?
Sin palabras, os juro que me quedé sin palabras

miércoles, 6 de noviembre de 2013

La volubilidad de las cosas


Últimamente está muy de moda aquello de “El Internet de las cosas”, que viene a ser  algo así como la conexión de objetos de uso cotidiano, que a través  de un pequeño chip que llevarán instalado, se vuelven “inteligentes” y nos avisan, por ejemplo, de la comida que va a caducar o permiten encender la calefacción desde el móvil. Algunos de estos dispositivos empiezan a aparecer, tímidamente en el mercado

Claro,  era cuestión de tiempo que llegáramos a eso, aunque yo me había quedado en  “La Volubilidad de las Cosas”,  que debe ser el estado anterior al de Internet

Muchas veces me he preguntado, ¿Qué extraña fuerza hace que en el preciso momento en el que te agachas para recoger algo que se ha caído, una inocente goma de borrar salga volando y aterrice accidentalmente en el ojo de la Pequeña Princesa? O  ¿Por qué el día que hay espinacas para cenar, el vaso de leche del Príncipe se vuelve inestable y acaba derramándose sobre el plato caliente justo en el momento en que llaman a la puerta?

Cuando hago estas preguntas a los pequeños, ellos me ponen esa carita suya de “Soy inocente y no necesito explicarme” y me miran como diciéndome: Ah pues, ni idea! ¿Cómo ha podido ocurrir? Ja!  Y encima, esperarán a que yo solita resuelva el misterio de las cosas que se mueven solas, y de paso, que no les caiga a ellos un chorreo!

Espero mucho de este nuevo estado de las cosas, el de Internet, porque, ya que voy a poder recibir un mensaje en el móvil cuando se me acabe la leche de la nevera, seguro que alguien se inventa la forma de avisarme antes de que el próximo balón se estrelle contra una ventana mientras los niños están tranquilamente leyendo en el jardín

Ahí lo dejo

miércoles, 30 de octubre de 2013

De como conciliar la vida con el Candy Crush

Tengo que confesarlo.
Estoy enganchada al Candy Crush; ese juego malévolo en el que tu existencia se limita a juntar gominolas para romperlas y subir de nivel

Mi historia empezó hace unos meses, cuando mis pequeños retoños, un día volviendo del cole me dijeron: “Mama, tenemos que bajarnos este juego, que lo tienen Fulanito y Menganito y mola un montón”
Yo, pobre de mí, en mi afán de jugar con ellos a casi cualquier cosa, pues lo instalé y empezamos a jugar. Unas semanas después, mis hijos lo dejaron porque esto de los puzles está guay para un rato, pero luego empieza a aburrir un poco.

Y yo? Pues yo seguí jugando. Total, si voy subiendo niveles…, puedo alcanzar a Pedrito

En cierta medida, me recuerda un poco al Tetris de cuando éramos jóvenes (al que por ciento también me enganché) , con la diferencia de que en aquel entonces tenías que gastarte el dinero que te daban para salir todo el fin de semana, y cambiarlo en monedas de cinco duros que era lo que aceptaba la maquinita. Y aquello me hizo pensármelo un poco mejor

El hecho de no alcanzar nunca a Pedrito, me hace intentarlo e intentarlo y claro, como el también avanza, pues aquello es imposible y busco ratitos para seguir subiendo:

En la oficina, cuando bajo a fumar juego un poco…
…en los intermedios de Águila Roja o de Bones, también
…mientras espero a que los niños acaben de vestirse… me da tiempo
…incluso parada en un atasco conseguí pasarme una pantalla

El otro día estuvimos cenando con Pedrito, y me dijo: “Voy por el nivel 240”. Ahí se me atragantó la aceituna que estaba comiendo y tuve que hacerla pasar con una copa entera de vino. ¿Cómo puede ser que me mas lleve 90 pantallas de ventaja?? Aunque mi respuesta no se hizo esperar:

“Claro, es que tú no tienes hijos”
Esos hijos, que por cierto, han sido los que me han traído el juego y me han dejado sola con él.

Lo he decidido! En cuanto alcance a Pedrito lo dejo

lunes, 28 de octubre de 2013

Domingo de bicis y barro

Ayer domingo, después de unos cuantos días de lluvia, nos fuimos al campo a montar en bici. Madrugamos un poco, cogimos cada uno la nuestra, y nos fuimos a meternos por caminitos  de barro
Después de un ratito de ir pedaleando, la primera nos llegó de la mano de nuestra Pequeña Princesita, que el día anterior había recibido una bici por su cumple, y bueno,... primer charco de barro, primer enfado suyo porque se le había manchado su preciosa bicicleta.
Me costó un poco explicarle que con un buen manguerazo, la bici entera quedaría como nueva. Por la cara con que me miraba pude adivinar sus pensamientos: ¿En serio vas a meter mi bici nueva debajo de la manguera? ¿Estarás de coña, no?
Sin embargo la segunda fue mucho mejor. El Príncipe  Grande, haciendo de hermano mayor y para impresionar a su hermana, se metió en el charco más grande que encontró. Teniendo en cuenta que, aunque salimos a menudo a pasear en bici, nunca les habíamos llevado por barro y charcos, aquello me pareció un poco osado, pero aun así… ¿qué más daba?
 El tío iba lanzado, porque... ya se sabe, estos charcos cuanto más rápido se pasen mejor. Pues allí estábamos  los tres mirando como cruzaba cuando su bici, empieza a perder velocidad, y perder velocidad, y perder velocidad... hasta que se queda varada (en su sentido literal)
La imagen es real. La bici en mitad del charco, y los dos pequeños dando vueltas a su alrededor buscando una forma de rescatarla; En un momento dado, la Pequeña Princesa deja cuidadosamente aparcada la suya, pega un salto hasta el centro del charco, y cuando llega allí, sin pedir ayuda a nadie, se pone a levantar la bici varada
 La cosa se pone todavía mejor cuando su hermano se lanza detrás de ella (claro! no se iba a quedar en la orilla mientras su hermana le sacaba la bici del fango) y no habían pasado ni cinco minutos, cuando ya estaban  los dos metidos en el charco con el agua POR LAS RODILLAS!!!, y trabajando mano a mano para sacarla.
Por supuesto, no llevaban botas de agua, ni ropa específica, ni na de na... llevaban chándal  y zapatillas de deporte así que, cuando salieron del charco eran una completa mancha marrón que les cubría completamente desde la rodilla hasta el pie
Entonces descubrieron lo divertido que es llenarse en el barro. Pusieron esa cara suya de: estamos de aventura y nos atrevemos con todo!, (que, entre tú y yo,  no deja de darme miedo en algunos momentos), y empezamos todos a hacer carreras y buscar charcos para pasarlos cuanto más rápido y más cerca de otro mejor
La expedición acabó con bastante más de un par de rodillas manchadas, y los niños contando a todo el mundo su aventura. Seguro que los dos lo están contando en el cole ahora mismo
La verdad es que (salvo porque no llevé los buzos de submarinismo), la experiencia fue divertidísima para ellos y para mí, que por unas también estuve en estado de aventura… y por supuesto acabé para meterme directamente en la lavadora
No sé si hay algún videojuego de la WII o de la PS que hace lo mismo, pero ya sabéis que no es igual: las manchas son de verdad y el aire libre también, y os juro que me lo pasé mucho mejor que en el salón

martes, 22 de octubre de 2013

De vuelta...al cole

Hola a todos

Después de varios (muchos) meses en silencio, he conseguido volver. Y digo conseguido porque además del trabajo y los niños, también me he dedicado este tiempo a estudiar, ah! y hacer algún viaje que otro, así que me ha quedado poco tiempo para escribir

Por eso, antes que nada, empiezo pidiendo disculpas por el largo silencio
Y ahora al tema que me ocupa; la vuelta al cole

No me refiero a esa que hicimos todas las madres y padres, además de nuestros angelitos, en el mes de Septiembre- con sus carteras, sus uniformes, los libros, los babys... no; Y me explico

El otro día, estando de oyente en una conferencia, la presentadora lanzó al aire la siguiente pregunta: ¿Que es lo que no has aprendido en el colegio, que ahora echas de menos?

Ay! Se me ocurrieron tantas cosas...

No me voy a poner ahora a criticar el colegio y las cosas que no aprendí, (eso sería tema para otro blog), pero sí hay algo que he echado especialmente de menos, y es la informática y las tecnologías

Si, es un tema bastante de moda en la educación infantil, pero es que, es verdad que nos queda mucho camino por recorrer, y yo quiero aportan mi granito de arena a esta demanda cada vez mas extendida

Todavía hay muchos colegios que, por ejemplo, en quinto de primaria (que vienen a ser los once años de un niño), no existe la asignatura. El gran avance es que han puesto pantallas digitales en las clases. Si, eso está muy bien pero, ¿para cuando enseñarles a utilizar internet?, ¿explicarles sus ventajas y sus peligros?,¿sus aplicaciones?....

En el otro extremo, existen otros colegios que disponen de cursos de verano y talleres, en los que se enseña a los niños a desarrollar aplicaciones, o que a la misma edad de once años, van con tablets a clase y no con libros

¿No es esto lo que van a necesitar nuestros niños cuando sean mayores? ¿No debemos prepararles y facilitarles todas las herramientas que van a necesitar para desenvolverse y trabajar en un mundo digital?

Por mi parte, en casa, cada vez fomento mas el uso de ordenadores para escribir sus trabajos, aplicaciones para estudiar y desde luego, Internet (con control) para lo que necesiten

No digo que no deban aprender a leer, escribir, operar..., pero cuanto antes les demos herramientas que completen su aprendizaje y les formen para el mañana, mucho mejor.

Porque, casi sin darnos cuenta, el mañana ya está aquí

martes, 5 de febrero de 2013

Lágrimas de cocodrilo


Hace falta ser muy buena actriz, para representar una actuación con la calidad con que lo hace mi pequeña Princesita
Da igual si es por un plato de pescao, o porque se ha quedado castigada sin ir al parque.

Durante el primer acto, se desarrola la acción: se entera de que hay pescado para cenar. Entonces empieza con la mirada de cordero degollado, intentando dar lástima.
"Pobre. no sabe que esos trucos ya me los sé, yo también lo hacía cuando era pequeña"- pienso mientras aparento no hacer caso a "la carita de la pena". Aquí todavía me mantengo firme, creyendo que tengo el control de la situación.

Como La Princesita ve que su "carita de la pena" todavía no surte ningún efecto, rápidamente pasa al segundo acto, sin telón, ni descanso, ni nada.
En esta parte, es cuando empiezan los pucheros, que por lo general duran poco, porque en seguida ve que todavía te resistes, y empieza su representación genial

El sofá es la escena perfecta. Se tumba, esconde la cara debajo de un cojín, y empieza a llorar a lágrima viva.
Las "trescientas" primeras veces que me hizo esto, siempre era en este punto cuando me empezaban a flaquear las fuerzas, y me daba cuenta de que ya no tenía tanto control de la situación

En la 301, la cosa no mejora demasiado. Ha pasado unos minutos, de repente, deja de llorar levanta la cara y mira alrededor para comprobar que todavía estoy alli.

Cuando esto ocurre, yo estoy estoy retorciendo el jersey, con mi propia lágrima asomando por el borde del ojillo,y a punto de ceder a no darle el pescado y cambiarlo por espaguetti. Suficiente para ella...que al comprobar que está a punto de conseguirlo, vuelve a bajar la cabeza y sigue llorando aunque esta vez más alto,`para que no quede ninguna duda.

Entonces es cuando me revuelvo.La lagrimilla, que antes luchaba por salir, vuelve a meterse en el ojo. Pongo mi peor "cara de enfado" y pienso ahora se va a comer dos de pescado! Pero, será teatrera!

Después de la dura pelea, se acaba comiendo el pescado. Lo he conseguido y me siento en el sofá a reponer fuerzas un momento. Cuando vuelvo a tener controlada mi tensión, viene con su mejor "carita de Princesita", me abraza y me dice mientras me cubre de besos:
"Mami, mamaíta, cuanto te quiero"

Ala! Aquí no ha pasado nada, y a por la próxima cena de pescado
 
Cuando le cuento esto a mi padre, el se sonríe y me contesta en tono de venganza: "La cosa está clara, es igualita a su madre"...


lunes, 28 de enero de 2013

Oda a Santo Tomas de Aquino


Santo Tomás de Aquino, patrono de los estudiantes
es un día sin cole, y yo sin organizarme antes
ayer Domingo me di cuenta, ¡pero si hay que trabajar!
¿que hago mañana?¿con quién los voy a dejar?

En serio, creo que los astros se han alineado
¿o soy yo?, que desde la mañana todo me parece enredado
yo tenía dentista... y va Papi y se hace un esguince
acompáñame al médico, me dice mientras se viste  

Otra vez tengo que utilizar "puntos familia"
hago mis cuentas mientras llegamos a la clínica
esta vez se han quedado en casa con los abuelos
si vuelvo pronto del trabajo, solo serán dos puntos menos

Los puntos familia son, para aquel que no lo sabe
las veces que dejo a los niños porque tengo que escaparme
 abuelos, tios, ..., a ellos cualquiera les vale
ir a jugar a otra casa, eso si es un desmadre!

Total, que a las doce de la mañana
los niños con los abuelos y Papi tumbado en la cama
me voy a la oficina, y el jefe ¡vaya! ¡menuda cara!
¿dónde estabas? pensaba que hoy faltabas

Al final, todo me ha salido bien
he trabajado, ¡eso si! casi sin comer
me ha dado tiempo a recoger a los pequeños
ducharles, cenarles y desearles felices sueños

Y va la Princesa y me dice
mientras me señala con su pequeño dedo indice:
¿Mami dónde has estado? Hoy era día "de recreo"
"Cariño, hoy mami ha tenido mucho papeleo"

Pero ni mucho menos acaba aqui mi historia
me he quedado sin dentista, ¡se me pasó la hora!
y aún tengo a Papi tumbado y con el pie en alto
¡ay que mañana preveo otro día de infarto!

Esto seguro que  será otro cuento
ya lo contaré en otro momento
solo quiero decir. ya para terminar
que el próximo año me acordaré de Santo Tomás

martes, 22 de enero de 2013

Hoy a nevado en Madrid

Hoy ha nevado en Madrid

Quince minutos. Solo han sido quince los que me han caído a mí esta mañana, pero suficiente para colapsar el centro, para salir en todos los telediarios.
Hoy me ha costado una hora y quince minutos llegar a la oficina, recorrer esa "ruta de peregrinación" que seguimos muchos todas las mañanas para llegar hasta nuestro puesto de trabajo.

Mientras estaba alli, totalmente parada en un atasco infernal, miraba en twitter a ver que decían de la nieve... por curiosidad. Muchos twits avisaban ya desde hacía un par de horas de la que estaba cayendo y recomendaba coger el transoprte público. Tengo que empezar a leer estas cosas antes de salir de casa...

Mientras avanzaba despacito entre los coches pensaba: la verdad es que les va a encantar a los niños, con lo que les gusta la nieve. Seguro que en cuanto llegue a casa esta tarde, me van a preguntar que cuando volvemos a esquiar.

Pues no ha sido así... sino peor!. Cuando he abierto la puerta de casa, la pequela Princesa y su hermano, habían sacado las botas de esquiar a la entrada y me esperaban sentados cada uno en una.

Mami, esta mañana  a nevado. ¿Podemos irnos a esquiar? Es curiosa la memoria selectiva de los pequeños: No se acuerda de lo que ha hecho en todo el día en el cole, pero recuerda perfectamente que esta mañana ha visto nevar desde la ventana de su clase.

Me ha costado un poco explicarle que el viaje iba a ser largo, que llegaríamos por la noche y que tendríamos que volvernos sin esquiar porque mañana hay cole.

No estoy segura de que lo haya entendido muy bien, pero se ha dado la vuelta y le ha dicho a su hermano- Vale, pues esquiamos aquí!

Dicho y hecho.

Han cogido sendos trapos cada uno a modo de esquís y, como bastones,  unas espadas de gomaespuma curtidas en mil batallas (una para cada uno, porque no tenemos mas...) eso si, con el casco de esquiar calado hasta las orejas, y así han empezado a "esquiar" de un lado al otro del pasillo.

Yo, con enormes reflejos, he corrido a la cocina y he escondido cualquier bote de harina, azúcar o semejante... no sea que se les ocurra que vuelva a nevar, pero esta vez ¡dentro de casa!

La cosa no ha llegado a mayores, al revés; han pasado una tarde estupenda bajando por las laderas, sorteando banderolas e incluso saltando montículos de nieve imaginaria

Cuando acabe la cuesta de enero, tengo que empezar a ahorrar... a ver si podemos volver a ir a esquiar, de verdad.

Mientras tanto, una vez pasado el peligro, vuelvo a sacar la harina y el azúcar a su sitio.

Y, ¡a esperar a que nieve otra vez




martes, 15 de enero de 2013

Superhéroes

Llevamos ya quince días de este nuevo año

Hemos sobrevivido a las vacaciones de los niños y su típica organización...o desorganización, según se mire...Hemos sobrevivido a las visitas de Papá Noel y Reyes Magos, y la ayuda que les tenemos que prestar con los regalos, a las comidas navideñas, las fiestas, el exceso de familia, incluso ¡hemos sobrevivido al fin de mundo!

Se puede decir que somos unos superhéroes...ole!
Que bonita sensación. SOY UN SUPERHEROE

Lo malo de esta ilusiçon es que en un momento de euforia, tiendes a plantearte retos ...difíciles, sobre todo si además coincide con los típicos própositos que todos nos hacemos al principio del año. Claro- te dices- ¡si yo puedo con todo!

El mío particular en un principio se planteó como una necesidad. Mis niños tienen que mejorar, y mucho en inglés. Así de fácil.

Pues ahí me veis, en ese momento de alegría superatónica- como diría mi hijo- levantando la copa y diciendo: Cariño, voy a hablar a los niños en inglés...

Silencio

Después de cinco segundos, Cariño esboza una enorme sonrisa y dice:¡Me parece una idea estupenda!

¿Quién me mandaría a mí? Podía haberme guardado la euforia para otro momento

Desde que empecé esta nueva misión, las cosas en casa tienen su aquel: El Rey me entiende perfectamente, pero el muy traidor se ha tomado como un gran reto lo de no contestarme en inglés (aunque sabe hacerlo perfectamente). Claro, todavía es pronto- me digo

La Pequeña Princesita, sigue el ejemplo de su hermano, pero la tía es mas pícara. Me mira con "La Cara de la Pena": Labios fruncidos, ojitos tristes, con los que sabe de sobra que me derrite, y algún puchero ocasional; Y me dice: mamá no te entiendo, ¿puedes hablar en mi idioma?

Esta exhibición de artillería pesada no me intimida, aunque me cuesta horrores mantenerme. Está bien...con algunas excepciones

 Nunca había tenido sensación de frustación porque mis hijos juegan a no entenderme, pero pienso en todos los beneficios que tiene que al final sea algo natural para ellos y no desisto.

Al fin y al cabo, somos superheroes,¿no?